Escupir amenazas al viento

Escupir amenazas al viento: una idiotez obligada de todos los tiempos. Si no amenazaste a tus hijos con idioteces que nunca cumplirías no fuiste madre. No de las mías.
Amenazar a tus hijos con “mentiras” para que obedezcan, se porten bien o dejen de pelear con sus hermanos es casi una definición de padres en sí misma. Yo sé que la mayoría no lo va a reconocer, pero no soy la única y lo sé. Los he visto. ¡Les aviso que los oigo,

Pasa que la mayoría de los adultos no podemos evitar la utilización de artilugios ridículos en el afán de controlar a las pequeñas bestias. Para que se entienda bien, la amenaza sería la utilización del famoso recurso “Mira que sino…”: “no vas a lo de…”, “No agarras la compu”, “No ves la tele” “No vas a futbol, “Se terminó invitar amigos a casa…” En fin, en mi caso la lista de estupideces es eterna (soy una mami muy creativa, además de looser). Este recurso, a mi humilde entender, es una soberana idiotez, pero no puedo dejar de hacerlo. Pero vayamos a lo importante: “¿FUNCIONA?”….. no siempre pero controla bastante. Otro tema de relevancia: “¿A los hijos los asustan las amenazas?”… no tanto. En realidad ya es casi como un jueguito establecido entre ambas partes. “Deja de portarte mal porque te apago la compu”….”¡No mami, porfa!….”Bueno entonces déjate de joder a tu hermano”….”Bueno, bueno, sí”. Funciona por un rato. Después retoman con la bronca. Pero nosotros somos sus padres y estamos para dar órdenes que no siempre se cumplen pero para marcar lo que está mal. Y ellos medio que lo saben y “se dejan” porque, al final, como diría mi vieja: “es por su bien”. Pero las amenazas suelen ser patéticas por la repetición sistemática de las mismas sin obtener un verdadero resultado de relevancia. Por ejemplo: los lunes Willy le compra un nuevo cuentito del kiosko a Cesar …”solo si se porta bien”. Lo cual implica, la repetición cientos de veces al día de “: “¡Listo, el lunes te quedas sin cuentito! Cuando no se quiere: cambiar, bañar, acostar, comer y mil verbos más: “Listo, el lunes no hay librito” .A lo largo de los años he escuchado amenazas increíbles: cuando era chica y nos potábamos mal con mis hermanos en el auto mi papá histérico volteaba y aceleraba al grito endemoniado de “¡Choco, choco chocooooo!” y quedábamos pálidos y muy quietos jajaja.  Pasa que las amenazas de nuestros padres se cumplían al grito de: “Es el único lenguaje que conocen”. Eran penitencias, tal vez menores, pero que se cumplían a rajatabla. Y, sino, recurrían a la estrategia del maquiavélico jueguito del famoso: “Se lo voy a contar a tu papá”.

Para terminar, Cèsitar me dio un poco de mi propia medicina ayer a la noche, después de mi estúpido edicto: “si no duermes, mañana no hay tablet”. Cèsar contraatacó con lo peor: ¡otra amenaza!: “Y zi tu me hazez dormir gritando la gente va a decir: ¡jajaja que fea ez, miren qué mala esa mamá!”……¡BUAAAAA!¡SNIF! ¡Cuánta razón hijito! Soy un desastre impartiendo órdenes, pero los amo con locura y, una y mil veces: “lo hago por su bien”




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