De como surgio el blog y mi "temita"materno

Maternidad Rock nació como un espacio que yo necesitaba para volcar el lado B del relato oficial de la maternidad. Cuando tienes hijos que cuidar en la vida real, no se condice con lo que la mayoría te cuenta. Con mi primera hija me comí el relato edulcorado de “es lo más lindo que te puede pasar en la vida” y con el tercero, y las expectativas correctas, me lancé a desmitificar ciertos estándares a través del blog. 



El blog me a ayudado a sentir que tengo resuelto “el” conflicto con mi maternidad, con mis espacios, con las cosas que no me gustan de mis hijos, de mi rol. Así como no creo en la madre y mujer perfecta que muestran en las revistas, en el concepto de mujer orquesta y madre abnegada. 

Mi idea para no caer en esta tarea rarísima de ser madre siempre fue bajar las expectativas y desculpabilizar, buscando el equilibrio. Ser madre debería ser una cosa más de la vida, no “la cosa”. 

¿Qué es ser madre? 

Te diría que hoy es ser una neurótica que googlea síntomas en internet y lee libros sobre como criar hijos porque no tiene la menor idea de qué hacer con ese cuerpito de 3 kilos cuando llega a casa. Ser madre hoy es un desconcierto. Queremos desmarcarnos de la generación de nuestras madres, más autoritaria y menos reflexiva del rol, y terminamos cayendo en errores distintos pero igual de graves. Endiosando a los niños y olvidando a nuestras parejas, teniendo miedo de poner límites, de tomar decisiones y no “hacerlos sufrir”. Para nuestra generación, ser mala madre es peor que ser nazi. 

La transición de mujer a madre. 

Cuando eres madre las presiones se duplican. Las inseguridades se potencian por el arsenal de opinólogos que comienzan a pulular alrededor de la nueva mamá, llena de inseguridades y miedos. Los libros de crianza se contradicen, el papá no tiene la menor idea de lo que hay que hacer con el bebé y cree que la mamá debería saber porque tiene instinto. Es inevitable sentirse frustrada, que los bebés no duerman, que tengan crisis de llanto. Hay mucho estrés alrededor de un nuevo ser humano. 

“Una mujer que no es madre no es todavía una mujer” 

Cuando una mujer en edad reproductiva no tiene hijos, tendemos a pensar que no puede concebir y nos lamentamos por su terrible destino, el de la no madre. Lo terrible es que, si bien tenemos un concepto para definir a las viudas, a las casadas, a las divorciadas, a las lesbianas y a las separadas, a las mujeres sin hijos las definimos por la negativa: son las no madres. En general tendemos a pensar que una mujer de 45 años que no tuvo hijos es porque no pudo, porque si tiene o tuvo pareja estable no hay otra explicación. Incluso es socialmente más aceptable tener un hijo sola que no tenerlo. A mí lo que me llama la atención es que a las mujeres que no tienen hijos se les pregunta por qué, mientras que a nadie se le ocurriría preguntar a las madres porque sí los tienen. ¿Mira si todas las mujeres con hijos dijeran realmente el motivo por el que se embarazan? ¿Se imaginan respondiendo “me embaracé para responder al mandato social” o “tuve a mi hijo para salvar mi matrimonio”? 

La idea de madre todopoderosa 

La figura de la madre amorosa y devota de sus hijos es una imagen inventada en el siglo XIX y por el otro, una supuesta división natural de las tareas que les cede a los hombres el espacio social y laboral y a las mujeres el privado y doméstico, el mundo que es “natural” para ellas. Si bien existen cada vez más mujeres y hombres que deciden no tener hijos y la reacción social no es como hace 20 o 30 años atrás, la maternidad sigue siendo uno de los mandatos sociales más fuertes y lamentablemente no creo que aún pueda saltearse ese paso sin pagar algunas consecuencias.





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