La necesidad de encontrar un momento en el que libere su energía, teniendo conversaciones y conductas de adultos crece y se frustra permanentemente. Por eso cuando lo logra, debe aprovecharlo al máximo:
se emborracha a la primera cerveza, baila con el primer tema que lo permita (y si no lo permite también), fuma (o saca pitadas de todos los fumadores), habla a los gritos de sexo (o mal de sus hijos), se sube a los parlantes. Nada la detiene. En un bar o concierto es muy fácil identificar a una madre.
Así como el soltero se pueden dar el lujo de aburrirse porque ya habrá una salida mejor, la madre se fuerza a disfrutar cada instante con pasión como si fuera la última salida... ya que puede serlo por muchos meses.
Por lo general es la primera que sube en el karaoke a cantar algo desactualizado, y también la primera en lanzarse a poner plata en la tanga del stripper en la despedida de soltera.
Recordemos además que, por su falta de costumbre, el alcohol y los ambientes tóxicos no tardan ni media hora en hacer mella en su cuerpo que reacciona inmediatamente en forma de: pérdida de reflejos, desinhibición, dificultad en el habla, falsa sensación de euforia, locuacidad, necesidad de rock nacional, desviación ocular y de las conductas morales. Este extremo aprovechamiento del momento de ocio de una Mami, se denomina: FUMOCHUPOBAILO (*).
(*) Algunas de sus consecuencias: La resaca de una Mami puede durar entre 72 y 96 horas durante las cuales no puede ni ver una botella de alcohol ni un paquete de cigarrillos sin descomponerse ni contar en detalle sus excesos. Nota: Al momento en que desaparece la resaca, vuelve a instalarse la necesidad del FUMOCHUPOBAILO.
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