Jodida yo?????!!!

Hoy quiero plantear la siguiente hipótesis: a los hombres les encanta hacernos quedar como unas jodidas de mierda, solo porque las cosas no les sale tan bien como a nosotras. Ellos, que muchas veces intentan colaborar, también hacen diversas tareas… pero nunca tan bien como yo, ó tu… o como tu quisieras. En casa, hay una sola manera de hacer las cosas bien: y es como las hago yo. Todos lo sabemos: yo no estoy bien y la neurosis no tolera los cambios. Y a mí las cosas me gustan siempre igual. A mi manera.

Ya sé que después los varones que lean la columna me van a hacer quedar como una pesada y le van a dar la razón a mi marido que, como todos los maridos, se queja diciendo que soy una desagradecida y que solo me fijo en lo único que no hizo, en vez de mirar todo lo que sí hizo. Y puede ser, solo te agradecería, amorcito, que lo hagas como a mí me gusta. Si ya sabe cómo me gusta. Hace 13 años que estamos juntos. Sería mucho más fácil. Les aseguro que se evitaría muchos pesares e incluso esta columna… Pero no.
Pasemos a la práctica: Él tiene muy buena voluntad y muchas veces baña los chicos, aunque no entiende por qué yo pienso que hay que bañarlos toooodos los días (si quieren pueden comentar éste temita abajo). Los baña. Ok. Pero cuando el champú no se enjuaga bien el pelo queda opaco y duro. No es tan difícil. Gael tiene 10 pelos. ¡Enjuagáselos bien por el amor de Diossssss!


Yo reconozco mi debilidad que es : No puedo tapar las cosas: ni la crema de cuerpo, ni ponerle la tapa a la pasta de dientes, ni tapar la botella de aceite. Lo reconozco, es cierto. Y miren que me doy cuenta, pero no lo puedo evitar. Y mi marido y cada vez que le recrimino algo del baño de los chicos, el me contrataca con alguna cosa destapada. Aaaaaaaaiiiiaaaa, soooorry, ¿eh?. ¡Que pecado!. De algo hay que morir. Mátenme si no les sirvo.

Aquí les paso una lista de las cosas que él hace a su manera y que a mí me saca del quicio:

-Espera hasta que Cesitar caiga rendido en su sillita para acostarlo: cada vez que le digo que tiene sueño me dice que deje en paz al bebe.

-Le pone mal los pañales a Gael: se los pone flojos o descentrados, por lo que el bebé o se mea la ropa o le va colgando el pañal y le raspa los costados.

-Condimenta mucho la ensalada. Dice que así les gusta más. ¿Por qué? !!

-Cuando cocina enchancha toda la cocina (adivinen quién la limpia).

Pero para los chicos: “Papá es el mejor cocinero del mundo”.

-El día que limpia él algún vómito de los chicos, mientras yo lo/s atiendo, al otro día me encuentro la toalla –con la que limpió- vomitada en el lavadero (para él enjuagarla no es necesario porque los pedacitos vomitados se deben desintegrar de algún modo milagroso).

-A veces les juega demasiado bruto, cuando se enoja es súper firme, pero lo aman con locura.

Se ríen como locos con él. Es más, Gael sabe decir PAPÁ pero no MAMÁ… ¿por qué no se mudan juntos? En serio les digo, chicos. Yo los visito el fin de semana y hacemos todo como le gusta a papi. ¿Eh? ¿Qué les parece? Así, ustedes se divierten como locos y mami disfruta de su libertad. Es por ustedes, así no los jodo.

Una de las peores cosas que te puede pasar es que, en una rencilla por algún tema hogareño, tu marido tenga razón. Cuando te dicen: ”¿Vees?¡Te lo dije!” es peor que cuando tu vieja tenía razón. GGGRRRR!!!

La frase: “¡Soy la madre y lo conozco!”, que en general se pronuncia: “Dejame a mí que soy la madre y lo conozco” siempre te deja mal parada cuando se la dices a tu marido.

YO: Gael llora. Tiene hambre.

MARIDO: ¿Qué va a tener hambre si ya se comió un pan entero?

YO: Te digo que tiene hambre. ¡Soy la madre y lo conozco!. Ahí nomás le haces una “tortilla” al pichón. Una tortilla que te vas a meter en el traste porque la va a mirar con asco y le va a tirar los bracitos al padre para que lo rescate de tì. Y, ahí, tu marido se te caga de risa súper relajado (porque ellos no se estresan nunca salvo cuando tù te vas a ala peluquerìa) y te dispara: “¿Ves? ¡Te lo dije!”. Y tù te quedás puteando por lo bajo, mascullando mierdita mientras lavas esa cacerolita de mierda con tortilla pegoteada, que es el peor castigo posible.

Cuando cuento estas cosas yo sé que sueno desagradecida. Pero créanme que es una campaña de desprestigio que los hombres vienen llevando adelante desde hace años con el único fin de desacreditar lo que digamos. Los hombres inventaron el mandato de: “la mujer es jodida” solo para que todas nuestras quejas carezcan de autoridad. Pero les aviso, zarta de inùtiles: ¡TODOS USTEDES SON HIJOS NUESTROS!