Ser mamá es enseñarle a tus hijos a hacer lo que uno NO sabe hacer

Dicen que la pedagogía es el arte de la redundancia. Y las madres somos maestras por naturaleza. Enseñamos todo el día. Mostramos el camino correcto, condenamos las fallas y errores. Repetimos hasta el cansancio ajeno y propio. Como un disco rayado, como un loro.

Pero hay ciertas cosas que no nos cansamos jamás de repetir, son nuestras favoritas, las mejores enseñanzas, nuestro legado. Cuando las decimos nos ilumina la Luz Divina de la Maternidad. Son aquellas pequeñas cosas… que nosotras NO SABEMOS HACER. Las decimos con firmeza y pasión, brazos en jarra, la voz en alto, convencidas y apasionadas.

Aquí un compendio de ellas, las cosas que NOSOTRAS tenemos que aprender a hacer y les pedimos a nuestros hijos que hagan como si fuera tan fácil:

"No te metas toda la comida en la boca. Descansa entre bocado y bocado. No tragues, mastica."
 

"Concéntrate en lo que estás haciendo, no hagas seis cosas al mismo tiempo" 

"Hay que compartir"
 

"No dramatices. Habla sin llorar. No es para tanto."
 

"Eso con eso no combina" 

“Deja de mirar la tele cuando te hablo” 

“No te pongas nerviosa” 

“No eres el centro del universo” 

“No te victimices” 

“Tienes que aprender a esperar” 

“No se puede estar todo el día mirando pantallas, mira un librito” 

“No se puede comer harina todo el día, come fruta, la fruta es rica, es sana, hace bien” 

“No seas miedosa, anímate” 

“Escucha”

Les pedimos que no griten gritando, les decimos que no hablen con la boca llena mientras masticamos, queremos que se conecten con la “vida real” mientras miramos redes sociales. Les enchufamos un kiwi mientras nos metemos tres oreo en la boca a escondidas y les decimos que no exageren mientras hacemos un escándalo porque se nos corrió la media.

“Dime de qué alardeas y te diré de qué adoleces”…
¿Dime qué enseñas y te diré qué tienes que aprender?

Lo hacemos por amor. Como nuestras madres. Queremos que tengan lo que no tuvimos, que resuelvan lo que nosotras no podemos, que encuentren las respuestas que nos faltan. Que sean mejores que nosotras.

¡Pero no nos preocupemos chicas!

O mejor dicho preocupémonos… porque los chicos aprenden de lo que HACEMOS… y no de lo que DECIMOS, y un día se nos ponen como un espejo adelante para obligarnos a mejorar en lugar de dar tantos discursos.

Quizás Abi logre que vuelva a hacer gimnasia para correr con ella en el parque en vez de decirle que no sea vaga, y que venza mis miedos para no hacerla cagona…

Mientras me doy cuenta de todo lo que tengo que crecer, veo lo bueno que sí aprendió de mí sin necesidad de enseñárselo: a ser sincera, decir lo que siente y a reírse de todo a cada rato. Porque seré un desastre, pero le pongo onda.



4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. que lindoooooo! este blog promete, ya me imagino las madres ya madres, leyendo esto... que tengas muchos èxitosss :D

    ResponderEliminar
  3. tienes mucha razón n lo q dices fii, a mi m pasa mucho con Gabriel, me la paso pidiéndole exigiendole cosas q yo ni como, pero q creo q las db aprender para su bien, quizás cambiando de actitud logre mejorar su comportamiento y su manera de enfrentar las cosas q no le agraden... graciassss y un abrazo!!! 😅

    ResponderEliminar
  4. tienes mucha razón n lo q dices fii, a mi m pasa mucho con Gabriel, me la paso pidiéndole exigiendole cosas q yo ni como, pero q creo q las db aprender para su bien, quizás cambiando de actitud logre mejorar su comportamiento y su manera de enfrentar las cosas q no le agraden... graciassss y un abrazo!!! 😅

    ResponderEliminar

Comparte este Blog

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...